
Hemos entrado ya en la segunda mitad de la serie de novelas de Raymond Chandler, y hoy le toca el turno a la quinta entrega: La hermana pequeña.
Y como veremos en esta y en las próximas reseñas, esta segunda mitad empieza a introducir algunos cambios, tanto al propio Marlowe como a la forma de contar la historia.
Pero me estoy adelantando, vamos con la reseña.
Índice
La trama de La hermana pequeña
Orfamay se pone en contacto con Philip Marlowe y le pide que encuentre a Orrin, su hermano, que ha dejado Kansas, se ha ido a trabajar a California, y hace tiempo que no le envía cartas ni a ella ni a su madre.
Marlowe va al hostal donde Orrin vivía, pero entonces se encuentra con que el gerente ha sido asesinado.
Porque con el viejo Philip ya se sabe: los casos en los que trabaja, por inocentes que parezcan al principio, siempre acaban salpicados de cadáveres.
Aunque la trama, que sigue una estructura similar a la de las novelas anteriores, se come gran parte del show, la diferencia es que aquí hay un poquito más de espacio para que los personajes «respiren».
Por respirar, me refiero a que pasamos un poco más de tiempo con ellos y podemos ver cómo se sienten, cómo les está afectando el caso.
Y aquí es adonde quería llegar, puesto que la gran novedad introducida en esta novela, la que le da un necesario soplo de aire fresco a la serie, es que Marlowe deja de ser una máquina.
Los personajes de La hermana pequeña
Philip Marlowe
Este es, hasta el momento, el caso que más ha afectado a Marlowe emocionalmente.
En novelas anteriores, Marlowe se había visto en situaciones bastante comprometidas, incluso peligrosas, pero aun así siempre me dio la sensación de que podía con todo lo que le echaran.
Sin embargo, en La hermana pequeña, por primera vez parece que las circunstancias le superan.
No es que pierda los estribos o le entre miedo, pero lo noto algo más agobiado de lo normal, y por momentos cansado y hastiado del caso.
Nada que ver con el Marlowe de las primeras novelas, al que hemos visto ser intimidado, drogado o apalizado, para al capítulo siguiente levantarse y, a pesar de dolerse un poco, continuar su investigación con la misma entereza emocional que antes.
Resto de personajes
Muchos de los personajes de esta novela no son lo que parecen.
La mayoría tienen cosas que ocultar, ya sean secretos, intereses ocultos, o incluso dobles identidades.
Curiosamente, los únicos que no tienen nada que esconder son:
- Los agentes de policía.
- Los alcohólicos sucios, de los que tiran su dignidad por la borda con tal de conseguir un nuevo trago.
Conclusión
La hermana pequeña representa un pequeño giro de tuerca en la serie.
Nos muestra por primera vez a un Philip Marlowe algo más humano y vulnerable, en lugar de ser una especie de máquina que puede con todo, como en novelas anteriores.
Si a eso sumamos los ingredientes habituales en una novela de Raymond Chandler, nos queda una lectura apasionante, una más que nos obsequió el escritor norteamericano.
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